Tiempo de Opinar
Raúl Hernández
-Cynthia Jaime y Lucero Deosday
-Defienden prohibición de las terapias de conversión
-Heriberto Galván, hombre de izquierda
Tiempo de opinar
Raúl Hernández Moreno
19-junio-2025
Las diputadas Cynthia Jaime Castillo y Lucero Deosday Martínez salieron liberales de verdad y defendieron la prohibición en Tamaulipas de las terapias de conversión de sexo.
No hay nada que curar, sostuvo Deosday y tiene razón: la sexualidad es como cualquier otro derecho: cada quien decide cómo actúa y mientras no vulnere los derechos de terceras personas, puede hacerlo.
Decir que una persona gay es un enfermo por sus gustos sexuales, es decir lo mismo de un heterosexual. Cada individuo está en libertad de decidir lo que quiere ser y le hace feliz. El término felicidad es diferente para todos.
A su vez, Jaime Castillo, dijo que los derechos humanos no se negocian y si hay minorías que estén en desacuerdo, no les queda otra que aceptar la ley. Tiene la razón: el Estado está obligado a proteger los derechos de las minorías, porque eso son, minorías y sus derechos no pueden estar sujetos a la decisión de las mayorías.
Las dos diputadas están actuando como lo hacían los liberales del siglo XIX: se tiene que respetar lo que piensan y la forma de actuar de los demás, aunque no se esté de acuerdo.
En su sectarismo e ignorancia, el expresidente Andrés Manuel López Obrador distorsionó el concepto de liberal y lo encasilló en el tema político, pero el liberalismo es un término más amplio. El liberal es antirreligioso por naturaleza – que no es lo mismo que ser ateo- y está a favor de las libertades, de todo tipo, desde educativas, de salud, de convivencia, en la vestimenta, en el deporte, sociales, etc.
Es algo tan simple como quien decide tomar Coca Cola porque le gusta el sabor y si a alguien no le gusta, está en libertad de no consumirla, pero no debe obligar a los demás a que piensen y actúen como él.
En el anterior Congreso, que controlaba el PAN, la bancada conservadora se opuso a una ley para autorizar los matrimonios del mismo género y mientras está conquista avanzaba en el resto de los estados, Tamaulipas fue la entidad 31 en autorizarlo, en octubre de 2022, por la negativa de los mochos panistas, que tuvieron que doblar las manos ante el avance liberal.
Cuando se aprobó esa ley, la diputada morenista Gabriela Regalado no participó en la votación, por no estar de acuerdo, y es que es una conservadora que navega con bandera de liberal.
Hay muchas cosas que no nos gustan, entre las que puede estar fumar cigarro, consumir bebidas alcohólicas, el fútbol, la música regional, las telenovelas y un largo etcétera, pero no por eso se deben prohibir, porque mientras a unos no les gustan, a otros sí y eso es el liberalismo: respetar las libertades de los demás.
En otro tema, coincidimos en el INE con Heriberto Galván Franco, héroe de una y mil batallas, que dio desde la izquierda, aquí en Nuevo Laredo, muchísimo antes de que llegarán “fundadores” que se adueñaron de Morena y se creen la última Coca Cola en el desierto.
Lo recordamos en el 2000 encabezando a cientos de paisanos que vinieron a Nuevo Laredo a votar en una casilla especial y las boletas se acabaron temprano, por el furor que provocó la candidatura de Vicente Fox. Galván, los encabezó y los llevó a las oficinas del INE a protestar, en plena elección presidencial.
Una década después encabezó un movimiento para exigir mantenimiento y mayor atención de los monumentos históricos.
Preocupado por la educación, Galván promovió la instalación de una biblioteca en su casa, que puso a disposición de estudiantes y ciudadanía en general.
Siempre ha estado al lado de las minorías, en defensa de sus derechos.
Hacen falta luchadores de izquierda auténticos como Heriberto Galván y no simples busca chambas que se ostentan como liberales, porque comen santos y surran diablos.

