Tiempo de Opinar
Raúl Hernández
Hay señales que dicen que sí, pero hay que esperar
-Diputados impreparados
-Vinculan a proceso a otros cuatro cabecistas
Tiempo de opinar
Raúl Hernández Moreno
24-octubre-2025
El 10 de abril de 1936, agentes del gobierno se presentaron en la casa del expresidente Plutarco Elías Calles, para notificarle que por órdenes del presidente Lázaro Cárdenas tenía que dejar el país.
Calles no esperaba esa reacción del presidente, que en los meses previos demostró un poder aplastante: con la ayuda del senado destituyó a los gobernadores de Guanajuato, Durango, Sinaloa y Sonora; se expulsó del Senado a cinco senadores afines al callismo; renovó a los jefes militares de la Ciudad de México y Veracruz y fue depuesto como director de Educación Militar, el general Joaquín Amaro, jefe del ejército durante la guerra cristera; también se expulsó del Partido Nacional Revolucionario a connotados militantes, entre ellos el propio Plutarco Elías Calles y se detuvo a su amigo, el matón Luis N. Morones, acusado de acopio de armas.
Ese 10 de abril, Calles vestía pijama y leía el Mein Kampf, de Adolfo Hitler, traducido al español.
Con su expulsión quedaba liquidado el callismo y Lázaro Cárdenas pudo gobernar a sus anchas, sin la presencia de su mentor.
Hay de estilos a estilos, para gobernar.
En su enfrentamiento con Carlos Salinas, Ernesto Zedillo fue más discreto, pero igual de contundente que Cárdenas: el 1 de marzo de 1995 mandó detener a Raúl Salinas de Gortari, acusado de ser el autor intelectual del asesinato del secretario general del PRI, Francisco Ruiz Massieu, peculado y lavado de dinero. El salinismo quedó aniquilado.
¿Hará algo similar la presidenta Claudia Sheinbnaum para deshacerse de ese lastre que es el expresidente Andrés Manuel López Obrador, que no la deja gobernar?
La batalla que encabeza el secretario de Seguridad Pública, Omar García Harfuch contra el huachicol y el crimen organizado, de repente da la impresión que sí, que habrá ruptura entre la presidenta y su padrino, pero eso nos lo dirá el tiempo. Mientras tanto, la presidenta sigue sin ejercer el poder y sigue siendo leal a su antecesor.
En otro tema, la mala preparación de los actuales diputados locales, que en su inmensa mayoría carecen de inteligencia, cultura y sentido común, nos recuerda cuando hace algunos lustros, el entonces dirigente municipal del Partido de la Revolución Democrática, Víctor Martell Cisneros, andaba en busca de un candidato y en la entrada de la presidencia municipal se encontró con el archi-reconocido bolero Juan Nieto, El Mochilas, y lo invitó a ser candidato a diputado, a lo que éste, en un gesto de sinceridad, le respondió:
“Pero si apenas y termine la primaria”.
Y Martell replicó: “Te quiero de candidato a diputado, no de maestro”.
La anécdota, no pierde vigencia. Es válida ayer, hoy y siempre.
Y es que a profesionistas y técnicos se les exige estudios y capacitación permanente y entre mayor sea el tiempo dedicado a su preparación, mayor es su éxito y sus ingresos. En cambio, a los diputados basta con que levanten su mano, para secundar propuestas y que con voz fuerte redondean su participación con la clásica y trillada frase: “Es cuanto”. Con eso están aprobados.
Si en el pasado era vergonzoso y gracioso sorprender a diputados durmiendo en su curul -eso le pasó muchas veces al diputado federal de Nuevo Laredo, Concepción Martínez- ahora, para no dormirse, los legisladores se entretienen viendo mujeres encueradas en sus celulares -como el senador Ismael García Cabeza de Vaca- o de plano no van a las sesiones y se dedican a jugar pádel, como el acosador sexual de Cuauhtémoc Blanco.
Algún día la profesionalización tiene que llegar a los diputados, mientras hay que esperar y resignarnos a que es lo que hay. Ni modo, quien nos manda vivir en una república bananera.
Por supuesto, siempre hay excepciones, pero no es la regla.
En otro tema, cuatro ex funcionarios de la Secretaría de Obras Públicas de Tamaulipas, del sexenio de Francisco García Cabeza de Vaca, fueron vinculados a proceso, por el juez de control Juan Artemio Haro Morales.
Se trata de Reynaldo “N”, Subsecretario de Proyectos y Licitaciones; Armando “N”, director Jurídico de Transparencia y Acceso a la Información Pública; Isaías Alberto, “N”, Supervisor de la Región Norte; y Eduardo “N”, jefe del Departamento de Supervisión de la Región Norte.
Los cuatro son acusados de cobrar dos veces una ampliación de un tramo de la carretera ribereña.
La pus sigue brotando, del sexenio cabecista.

