De Primera
Arabela García
El Vagón de Mando: Precisión Política en el Norte… y la Falla de un Motor Auxiliar
Cuando se analiza la política con visión de futuro, es crucial distinguir entre quien simplemente se suma a la corriente y quien tiene la capacidad de trazar y conducir la vía. En Nuevo Laredo, Carmen Lilia Canturosas Villarreal acaba de ofrecer una cátedra de cómo se opera en el ámbito donde los hechos superan la retórica: el anuncio del Tren del Norte.
No nos engañemos: la designación de esta obra como proyecto insignia federal con punto de partida en la región no es un golpe de suerte. Es el resultado palpable de una estrategia política medida y ejecutada con precisión quirúrgica. El proyecto, que conectará Nuevo Laredo con Saltillo a través de un tramo inicial vital, posiciona a la frontera más importante de México no solo como un punto logístico, sino como un eje central en la reconfiguración económica del Norte promovida por el gobierno federal.
Canturosas Villarreal no buscó el reflector efímero; buscó el mecanismo de financiamiento y la validación institucional. Su mensaje es claro: el progreso de la ciudad se construye tocando las puertas correctas en el momento justo. Con este logro, la Alcaldesa añade otra victoria silenciosa, pero fundamental, a su gestión. El tren, en este contexto, simboliza más que fierro y rieles; simboliza la alineación efectiva con el poder central y el respaldo a un modelo de gobernanza basado en resultados.
El Tren del Norte no solo une estaciones, une proyectos y, crucialmente, valida liderazgos que saben operar fuera del ruido.
Es innegable que este suceso envía un mensaje político adicional: el respaldo de la cúpula a mujeres en el poder que demuestran capacidad de gestión. En un panorama donde la visibilidad a veces se confunde con la efectividad, Canturosas se proyecta como la líder que entiende que la solidez se mide en infraestructura y oportunidades económicas, no solo en mítines. Mientras otros actores políticos parecen estar aún buscando el boleto, la figura de Carmen Lilia ya se encuentra en el vagón de mando.
❌ El Contraste: Cuando la Operación Falla en Tierra
La euforia por una obra de infraestructura mayor contrasta, de manera incómoda, con la parálisis y la falta de tacto político en áreas fundamentales como Bienestar Social en Matamoros. Porque no todo es gran estrategia; también es operación de campo.
Mientras se habla de proyectos que mueven millones, la Secretaría de Bienestar Social, a cargo de Perla Medina, parece no dar pie con bola, convirtiéndose en el eslabón débil de la administración.
La denuncia ciudadana es contundente y crítica: Medina está siendo señalada por manipular y corromper los procesos de formación de Comités de Colonias. Se acusa el envío de convocatorias ad hoc para dificultar el registro de ciertas planillas, como es el caso del señor Teodoro Amaro de la colonia Puerto Rico, y el retraso en la agenda para otras zonas que esperan legítimamente ser escuchadas.
Esta situación revela una peligrosa dualidad: una Alcaldesa que logra mover trenes a nivel federal y una Secretaria que no puede organizar una elección vecinal sin generar conflicto y señalamientos de favoritismo. Esto no es solo una falla administrativa; es un error político grave. El pueblo quiere obras, sí, pero también quiere un proceso democrático limpio y respeto a la voz de las colonias. Poner “gente a modo” a estas alturas, a destiempo y con métodos cuestionables, solo socava la credibilidad ganada con los grandes proyectos.
🔗 El Carácter que el Elector Exige
Esta doble realidad nos obliga a mirar el carácter de quienes ostentan el poder. Mujeres como Carmen Lilia, que demuestran efectividad en la alta política, o como Fátima Bosch (Miss México), que defiende su dignidad y rechaza ser tildada de “tonta” por un productor internacional. Ambas exhiben una contundencia que el elector —y el ciudadano— espera.
En contraste, la actitud de quienes se dejan sobornar, manipular o que activamente generan estas corruptelas en los comités vecinales, sí que da “pena”. La política requiere temple y, sobre todo, efectividad y transparencia desde el vagón de mando hasta la más pequeña asamblea vecinal. Porque al final, el destino de la administración no solo lo marca la velocidad del Tren del Norte, sino la correcta operación de cada motor auxiliar en la colonia.
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