Gastón Monge
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Con la amenaza de aplicar Estados Unidos un arancel del 5% a los productos mexicanos a partir del 10 de junio, la incertidumbre aumentó entre los exportadores de esta frontera por los excesivos costos que tendrían que pagar las empresas de manufactura de exportación y de refacciones automotrices, reconoció el secretario de Desarrollo Económico de esta ciudad, Javier Solís.
Estados Unidos pretende aplicar un arancel del 5% a todas las exportaciones mexicanas a partir del 10 de junio, lo que afectaría los productos que se elaboran en el país con fines de exportación, situación que aumentaría la inflación, pero por igual afectaría a los consumidores estadounidenses, al tener México una relación comercial y económica muy estrecha con Estados Unidos, ya que el 40% de las exportaciones mexicanas van a parar al vecino país.
Sin embargo, aunque de acuerdo al funcionario, al subir los precios de algunos productos en las ciudades fronteriza colindantes con México, los norteamericanos vendrán más a las ciudades mexicanas fronterizas a consumir, porque en su país serán más caros, aunque Solís confió que EU dará marcha atrás a esta absurda medida que es solo coercitiva y de presión para frenar el flujo migratorio y el narcotráfico.
“Espero que esto no suceda, porque la frontera seguirá con su actividad y la gente vendrá a comprar en el lado mexicano, y eso continuará, pero me preocupa que entremos en una guerra comercial en la que los perdedores seremos todos, y creo que se dará marcha atrás, eso espero”, señaló Solís.
Mencionó que esta medida es solo un amague para que entre los acuerdos internacionales que tiene Estados Unidos con países del mundo, se haga lo que le toca a cada país de acuerdo a los compromisos comerciales contraídos con Estado Unidos.
Empero, dijo desconocer hasta donde pueda afectar al fenómeno migratorio dicha medida, aunque dijo que ese no es el camino, y reiteró que la industria automotriz sería la más afectada debido a que existen partes integrales a un vehículo, las que cruzan hasta cuatro veces la frontera sin que hasta el momento exista claridad en cuanto a las reglas de operación de estas medidas arancelarias.
“Ese tipo de situaciones de las reglas todavía no los tenemos, y lo único es quién termina pagando un producto más caro al final, pues será el consumidor, ya que al subir los aranceles serán los propios consumidores en Estados Unidos los que tendrán que pagar”, explicó.