En Voz Alta
Gastón Monge
Termina la era del cabecismo en la FGJT
- Se espera que Govea haga una ‘limpia’ en las fiscalías de Distrito
- En fiscalía de N. Laredo impera la corrupción
- MP’s cambian testimonios y desaparecen evidencias
El cambio o sustitución de Irving Barrios Mojica por Jesús Eduardo Govea Orozco como fiscal general de Tamaulipas, no sorprendió a nadie ya que era un cambio que a gritos se rumoraba y se pedía desde que inició el actual gobierno en la entidad, y este cambio se mencionaba por los magros resultados que el ya ex fiscal había tenido en el combate a la inseguridad, a la impunidad y a la corrupción dentro de las filas de dicha dependencia en todas las fiscalías de distrito en la entidad.
La filiación de Irving Barrios al panismo y su lealtad al ex gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca dejó mucho que desear entre los tamaulipecos, lo que aumentó la inseguridad en casi todos los municipios, y aunque su salida de la Fiscalía fue antes de tiempo, ya era necesaria porque los cotos de poder en las fiscalías de Distrito, los vicios y la enorme corrupción que aún imperan ya deben ser erradicados.
El nombramiento de Eduardo Govea Orozco, hombre cercano al gobernador Américo Villarreal Anaya, puede decir poco o mucho sobre el papel que desempeñará en este difícil encargo, que es el de la procuración de justicia, la correcta aplicación de la ley, la investigación y persecución del delito y el castigo de los delincuentes.
Sin duda que será un difícil trabajo, pero necesario puesto que para el nuevo fiscal esta tarea no será novedosa porque ya conoce los recovecos y los sucios negocios y compromisos que existen en cada una de las fiscalías de distrito.
Como ejemplo está la fiscalía de Distrito de Nuevo Laredo, en donde existen cotos de poder y de corrupción entre los agentes del ministerio público que a cambio de dinero hacen favores a delincuentes afectando a las víctimas al convertir a los delincuentes en víctimas inocentes, y a las víctimas en delincuentes.
La corrupción que existe entre los agentes del Ministerio Público de Nuevo Laredo es tanta, que al tomar la declaración a las víctimas le hacen mayor caso a los denunciados, además de ‘manosear’, cambiar declaraciones en los carpetas de investigación, ocultar a los abogados defensores las carpetas, desaparecer pruebas y evidencias, dar números del RAC equivocados a víctimas y defensores, y amenazar a los denunciantes.
Su complicidad con las Unidades de Atención a Víctimas es evidente. Trabajan por dinero y no por amor al oficio, y si no hay dinero de por medio las carpetas de investigación se archivan por meses y años, y lo peor, cuando se desempolvan resulta que a las víctimas les fincan delitos inexistentes y de demandantes resultan indiciados y son vinculados a proceso, como una burla al estado de derecho y a las víctimas.
Tal es el caso del ministerio público de Nuevo Laredo, Augusto Tzapotl Pérez, agente adscrito a la Unidad de Atención Inmediata de la Fiscalía de Distrito de esta ciudad, quien fue demandado ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción de Tamaulipas por los delitos de abuso de autoridad, obstrucción de la justicia, prevaricato, negativa de acceso a la justicia, omisión de investigación, amenazas y otros delitos que están suscritos en la carpeta de investigación 524/2025, con fecha del 24 de septiembre del presente año ya aceptada por la Fiscalía Anticorrupción.
Hay evidencias que señalan que este servidor público se comporta de manera abusiva, prepotente, discriminatoria e indolente con las víctimas, favoreciendo a cambio de dinero a agresores, victimarios y personas que han cometido delitos en contra de ciudadanos, por lo que está denunciado ante la fiscalía Especializada por violaciones a la ley y por favorecer a presuntos delincuentes en prejuicio de las víctimas.
Pero ahora con el nombramiento como nuevo fiscal, Eduardo Govea debe generar confianza a la sociedad, de que ahora sí el delito sea investigado y el delincuente castigado, además de obligar a los servidores públicos, en este caso los ministerios público de Nuevo Laredo y los demás municipios a trabajar bajo los principios de honestidad y justicia, algo que en Nuevo Laredo no se practica por la enorme corrupción que existe entre los agentes del Ministerio Público y su maridaje con los delincuentes, por lo que la sanción a estos servidores públicos recae de manera directa en la Fiscalía anticorrupción que también acaba de estrenar titular.
Ojalá que el nuevo fiscal general de Tamaulipas (FGT), por ser el órgano sancionador del delito y de los delincuentes, en coordinación con la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción (FECC), y con el Sistema Estatal Anticorrupción (SEAT), trabajen en beneficio de la sociedad y más en beneficio de las víctimas y contra el abuso de estos servidores públicos que tanto daño hacen a personas que van a presentar una denuncia y que se van decepcionadas y frustradas por no recibir la atención adecuada.
Se presume que el nuevo fiscal general actuará bajos los principios del humanismo y la justicia que practican el Gobernador Américo Villarreal Anaya y la misma presidenta de la República, Claudia Sheinbaum Pardo, con la atención a las quejas y denuncias en contra de agentes del Ministerio Público corruptos como los de Nuevo Laredo, que erradicará los acuerdos entre estos servidores y delincuentes, y que atacará la impunidad con que actúan en beneficio de sus intereses particulares.
De la honestidad en su actuar dependerá la confianza que los tamaulipecos depositen en Eduardo Govea Orozco, porque si se compromete a investigar y actuar con honestidad, de seguro que el delito y el delincuente serán castigados de acuerdo a como lo dicta la Ley.
Se espera que el nuevo fiscal de Tamaulipas tome nota de tantas irregularidades que ocurren en la fiscalía de Nuevo Laredo, y que el actual fiscal de distrito en esta ciudad, Jorge Armando Vázquez Lozano, tome nota de las irregularidades y delitos que cometen sus subordinados en dicha dependencia, irregularidades de las que tiene conocimiento el anterior fiscal en esta frontera, Luis Eduardo Becerra González, quien pese a su buena voluntad , no aplica los correctivos que como autoridad debe aplicar en contra de esos malos agentes del Ministerio Público.
Ahora el fiscal estatal deberá realizar los cambios necesarios en todas las fiscalías de Distrito, iniciando con una limpia total en las agencias del Ministerio Público, cambiando a esos corruptos elementos del MP que ven a la justicia como un negocio al utilizar las leyes como medio para favorecer sus intereses y favorecer a quienes les ofrecen dinero a cambio de favores.
¡Ya basta de tanta impunidad y corrupción! Es tarea de Eduardo Govea llevar a cabo de una vez una limpia total en las agencias del Ministerio Público, colocando en esos delicados cargos a funcionarios comprometidos con la verdad, la justicia y la probidad, y si la reforma al Poder Judicial servirá de algo, que comience con una limpia total en las fiscalías de Distrito.
Solo de esa manera la confianza de las víctimas y de la sociedad en su conjunto volverá a recaer en esta figura judicial. ¡Ojalá que así sea! Por el bien de los tamaulipecos
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Hasta mañana
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