–Hatos y socios disminuyen al no poder exportar–
Gastón Monge
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- La noticia de un nuevo cierre a las exportaciones de ganado mexicano a Estados Unidos, cayó como balde de agua helada para los ganaderos de Tamaulipas y de Nuevo Laredo, al seguir varados más de 50 mil becerros, que les deja enormes pérdidas económicas, se queja Rodolfo Treviño Benavidez, presidente de la Asociación Ganadera local al decir: “la situación ya es crítica para nosotros”.


Esta agrupación cuenta con cerca de 400 socios activos dedicados a esta importante actividad, así como unas 350 jaulas con cien becerros cada una que tienen semanas de espera a que se abra la frontera.
El lunes 7 de julio fue abierta, pero dos días después volvió a cerrarse con el argumento de que el gusano barrenador sigue siendo una amenaza, pese a que en Tamaulipas no se ha detectado, aunque ya se encuentra muy cerca de la entidad.
“No solo es ganado de Tamaulipas, también es de otros estados que vienen a Nuevo Laredo por ser una frontera cercana”, explica el espigado ganadero de tercera generación familiar que desde niño aprendió los tejes y manejes de la ganadería, un rudo trabajo que actualmente dice que ya no es rentable por los altos costos y gastos que implica mantener sanos los hatos ganaderos.
Alto, delgado y con voz y cuerpo curtido por años de trabajar en el rancho familiar “El Venadito”, Rodolfo Treviño dice que cuando la Estación Cuarentenaria estaba abierta se exportaban unos cinco mil becerros cada mes solo de Tamaulipas, además de becerros de otras entidades, “…antes el negocio era bueno porque todo lo que se exportaba se alimentaba con lo que producíamos…”, explica con tono molesto por las dificultades que implica el cierre de la frontera.
“Desde chico siempre me gustó la ganadería, y desde mis abuelos me dedico a esto, y aquí le seguimos. Comencé contando y bañando al ganado, y viví desde muy chico con el ganado, pero ahora los trabajadores ya no quieren saber nada de ganado porque quieren ganar la millonada y tener todas las comodidades”, recrimina.
Al lado de dos hermanos Rodolfo trabaja el rancho heredado, pero cada uno cuenta con un negocio propio para poder sobrevivir y reducir los gastos de mantenimiento, aunque también han reducido sus hatos que antes eran de hasta 500 vientres.
Recuerda que en los años 90’s fue el mayor auge para los ganaderos, ya que un solo ganadero exportaba hasta 10 jaulas diarias, esto es mil becerros, hasta llegar a exportar 20 mil becerros diarios, pero de ese total el 70 por ciento era de otros Estados, y solo el 30 por ciento de Tamaulipas.
Competencia desleal y sin apoyos
Después llegó la competencia desleal y el movimiento de reses hacia otras fronteras con la finalidad de tener ganado para engorda y surtir de carne a los estadounidenses, aunque en este momento la libra de ganado en pie de 200 kilos de pesos esté a 3.30 dólares.
Con el cierre de la frontera subió el precio de la carne, lo que se puede observar en los supermercados que ya no hacen rentable la ganadería. Algunos prefieren sacrificar sus animales para evitar que mueran de hambre o por la sequía.
“Mucha gente trae los productos y los subproductos para hacer ellos mismos los alimentos y ahorrarse algo del flete, pero ni así sale”, lamenta.
En este momento los hatos bajaron dramáticamente, lo que ha provocado la venta de ranchos. De 400 que había ahora solo existen entre 180 y 200, a lo que se suman la carestía, el alto precio en el alimento, la sequía y la falta de apoyos federales para incentivar esta importante actividad.
Ante este incierto panorama Rodolfo Treviño suelta su molestia:
“Nunca estamos contentos porque nunca tenemos lo suficiente…, y es la verdad porque ya es puro métele y métele,… ya vemos que no es negocio porque la sequía no nos ayuda”.
De tener hasta 500 vientres en sus mejores tiempos, los ganaderos de la región lamentan que sus hatos se integren ahora de 70 a 150, mientras los pequeños productores cuentan de 15 a 20 vientres, insuficientes para sobrevivir solo de esta actividad.
Por ello es que muchos ganaderos cambiaron su actividad ganadera tradicional a la de fauna cinegética, toda vez que esta actividad que dura entre 7 y 8 semanas por año, les deja buenas ganancias con la renta de sus ranchos y la disposición de una fauna diferente como es el venado.
Lamentó Rodolfo que el gobierno federal no active los programas de apoyo que antes existían, como el subsidio del diesel, alimento barato para el ganado, créditos bancarios blandos, y préstamos gubernamentales a fondo perdido, y otros programas que ya desaparecieron, pero de todos ya se hizo nada porque ya no existen.
“Ahora el apoyo del gobierno…chingao…se fue para la gente que menos tiene. Pero nosotros somos lo que producimos la carne, los que producimos todo y ellos no producen lo que producimos nosotros. ¿Por qué agarraron eso ellos (el gobierno) para darle solo a los que menos tienen? También nosotros requerimos apoyos ganaderos”, sostiene.
¿Exportar por Colombia?

Una vez que se abra la frontera a las exportaciones, los ganaderos solo tendrán la opción de exportar por el puerto de Colombia por dos razones. Porque sus instalaciones cuentan con un recinto fiscalizado, y porque la Estación Cuarentenaria se encuentra cerrada y su lejanía la hace muy insegura.
El año pasado, cuando las revisiones al ganado se hacían del lado estadounidense, los ganaderos solo podrían exportar los martes y los jueves, porque los demás días las exportaciones eran para Colombia.
Existe el proyecto de que la Estación Cuarentenaria sea construida muy cerca del puente internacional tres, para facilitar las exportaciones y para que las inspecciones sanitarias se hagan sin tanto riesgo y se exporte con mayor rapidez.
Pero dice el ganadero que hay indicios de que por la frontera sur ingresa mucho ganado ilegal de algunos países centroamericanos, lo que perjudica a los ganaderos de Tamaulipas que cumplen con todas las normas sanitarias internacionales.
A ello se suma la burocracia para el registro del ganado que tiene que pasar por muchas trabas, mientras que el ganado ilegal cruza sin tantos problemas, por lo que mucho del ganado local que no se puede exportar se envía a subasta a municipios del sur como Aldama y Soto La Marina, ya sea para engorda o para criadero.
De acuerdo a la Secretaría de Desarrollo Rural de Tamaulipas, una vez que se abra la frontera a las exportaciones, el ganado tamaulipeco será exportado por el puente Colombia de Nuevo León a partir del 15 de septiembre, aunque otra opción es cruzarlo por ciudad Acuña, en Coahuila. Ya se exportaron unas 25 mil cabezas de ganado tamaulipeco recientemente.