Lo que no descubre el tiempo lo descubre el agua…

Lo que no descubre el tiempo lo descubre el agua…

Vida Diaria

Rosa Elena González

Las recientes lluvias que causaron estragos en varios Estados de la República Mexicana, principalmente en algunos municipios de Veracruz, deja claro que lo que no descubre el tiempo lo descubre el agua.
La tragedia que están viviendo comunidades enteras dejan al descubierto el poco interés, que han tenido y siguen teniendo, los gobiernos por la gente, el agua descubre que los gobernantes le apuestan más a las obras de relumbrón que las necesarias y bien cimentarlas que signifiquen un beneficio real para los habitantes de tal o cual comunidad.
Claro, ya después de la tragedia, o como dice el dicho “después del niño ahogado quieren tapar el pozo”, en este caso cubrir su ineficiencia culpando a la naturaleza de lo que sucede y dicen se hará un análisis para realizar obras hidráulicas para que no suceda nuevamente una desgracia, el problema es que por lo general todo queda dichos que no pasan a los hechos, llegan otras lluvias y sucede lo mismo, la ciudadanía es la que paga las consecuencias.
Además, se supone que hay un sistema meteorológico para dar las alertas y que los ciudadanos tomen sus precauciones, aparte existen los atlas de riesgos para que las autoridades hagan lo propio y evitar desastres, para que no ocurran pérdidas humanas cuando la naturaleza muestra su fuerza.
El problema es que, por lo general y sean del color que sean, los encumbrados no se aplican como debe ser, casi siempre los recursos destinados a obras se los llevan, y cuando hacen una que otra, prefieren reducir costos de lo que se construye y las hacen de mala calidad para quedarse con una buena parte de lo presupuestado, una copiosa lluvia o huracán mediano les descubre.
Con lo sucedido en Veracruz también el agua descubrió que muchos asentamientos humanos no fueron supervisados, que se entregan permisos de construcción sin considerar zonas de peligro de inundación, cercanas a ríos y arroyos, que hicieron calles mal diseñadas, luego llegan las lluvias y se originan tragedias.
Igual el agua una vez más descubrió, puso en evidencia, que los gobiernos no tienen capacidad de respuesta rápida ante las tragedias, que es mucho burocratismo, a pesar de que ven a la gente muy afectada ni siquiera tienen donde resguardarla, prefieren perder tiempo en los dichosos censos en lugar de, aunque sea llevarles una carpa, cobijas y comida o bien llevarlos a los albergues donde les puedan proporcionar techo y alimento provisionalmente. Bueno, ni siquiera se les ocurrió a los encumbrados enviar brigadas médicas con medicamentos necesarios.
Muestra de ello fue lo que dijo, en entrevista de tv, una enfermera militar que atendía a heridos en Álamo Veracruz “Hay gente que tiene heridas ya muy infectadas, nosotros les atendemos y hacemos curación, pero se les dijo que requieren antibióticos”. Imagine usted la desesperación de los afectados por la tragedia. Lo ideal sería que ellos, el ejército, que es el que está en los sitios de desastre llegaran con todo lo necesario, no solo realizaran simples curaciones, los damnificados no tienen ni un lugar donde resguardarse menos pueden adquirir medicamentos.
Descubre también el agua, en este caso de las lluvias, es el nulo razonamiento y escasa sensibilidad de los encumbrados para ayudar a las víctimas de los desastres naturales, les llevan raquíticas despensas con maseca, aceite, un paquete de arroz y otro de frijoles, caray, si la pobre gente no tiene agua para beber, no cuentan con gas, bueno, ni siquiera leña seca para poder cocinar. Latería y comida preparada es la que debieron de llevar de entrada.
En fin, la situación es que no hay duda que lo que no descubre el tiempo lo descubre el agua, las tragedias que se registran por desbordamientos de ríos y arroyos debido a las copiosas lluvias dejan claro que las autoridades siguen sin hacer las cosas bien, no atienden como se debe las necesidades de los habitantes de asentamientos en zonas riesgosas.
Aparte se exhibe la mala calidad de las obras realizadas, pues a lo largo y ancho de la república mexicana los baches, socavones e inundaciones por malas condiciones en drenes pluviales o construcciones de avenidas con corriente natural de agua evidencian las deficiencias y ambiciones en las administraciones.
Tragedias por desbordamientos de ríos, arroyos y drenes pluviales o mala construcción de las líneas de drenaje, alcantarillas, baches, socavones, ponen en evidencia el mal desempeño de las autoridades, y sí, lo que no descubre el tiempo lo descubre el agua.
editor

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