Gastón Monge
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- A partir del uno de enero de este año, los migrantes extranjeros que no sean originarios de Cuba, África o Venezuela, y que se encuentren en calidad de paso por esta ciudad y con una visa humanitaria expedida por el gobierno de México, no serán apoyados por el Instituto Nacional de Migración (INM) para que soliciten una visa humanitaria a Estados Unidos.
Se trata de migrantes centroamericanos y de cualquier otro país de América que hayan tramitado su visa con fecha del año pasado en México, los que no serán apoyados por dicho organismo federal, por lo que tendrán que hacerlo por las ciudades fronterizas de Reynosa y de Matamoros, hasta donde están enviando incluso a migrantes que se encuentran varados en Piedras Negras, Coahuila.
Sin embargo, si los centroamericanos recibieron su visa expedida por el gobierno mexicano con fecha de este año, sí podrán recibir el apoyo del INM para que tramiten su visa humanitaria al gobierno de Estados Unidos.
Lo anterior resulta de testimonios de migrantes centroamericanos que se encuentran en la Casa AMAR de esta frontera, un albergue que en estos momentos se encuentra saturado de su capacidad para 100 personas, al brindar atención a 170 ciudadanos de África, Cuba, Venezuela, Nicaragua, Colombia, Honduras, El Salvador, Guatemala, Brasil y México, quienes mostraron sus visas expedidas por el gobierno de México, con fechas de este año y del anterior.
En este lugar conviven 50 niños de esas nacionalidades, poco más de 50 mujeres, algunas embarazadas, y el resto hombres jóvenes la mayoría, quienes llegaron a esta ciudad desde hace dos meses y otros con menos tiempo, pero que esperan tramitar su visa humanitaria a Estados Unidos, en busca de un mejor nivel de vida y de un trabajo que les permita generar ingresos.
Los testimonios
Juan es uno de ellos, es de Honduras y llegó a esta ciudad el 12 de enero. Viajó en autobús desde Chiapas, y espera ser llamado por el INM para su traslado a la vecina ciudad de Laredo para el trámite de su visa humanitaria.
“Nos dijeron los de migración que quienes tienen la visa humanitaria de enero a la fecha les darían asilo, y que los del año pasado no”, expresó este joven quien mostró su visa mexicana con fecha de enero de este año.
Gilfredo es de Nicaragua y en Chiapas tramitó su visa humanitaria luego de un largo proceso que inició el 21 de septiembre en la frontera con Guatemala, y durante cinco meses tuvo que acudir a las instalaciones migratorias de aquella entidad cada semana para firmar unos documentos.
“Me dieron una hoja que me daba libertad para caminar por Tapachula, pero no podía salir de Chiapas porque migración me podía detener”, explicó este nicaragüense que llego a esta ciudad con su esposa y un hijo pequeño, y sus visas también son de este año.
El pastor y director de este albergue, Aarón Méndez, comentó que el albergue se encuentra totalmente saturado desde hace tres meses, pero que por razones humanitarias no puede impedir el ingreso a ninguna persona, ya que la capacidad de 100 se rebaso al llegar a 170.
“No es un servicio total el que les damos, pero si les brindamos protección por ser lo que ellos buscan al llegar a este lugar”, explicó Méndez.
Sin excepción, todos los que llegan a este refugio llegan temerosos, sin dinero y con muchas necesidades médicas, alimento y ropa, lo que encuentran en este lugar a donde asisten algunos organismos como Médicos sin frontera, y agrupaciones altruistas, algunas religiosas, que ofrecen su apoyo para que la estancia de estas personas sea lo más cómoda posible.
Los africanos y algunos centroamericanos son los migrantes que más tiempo tienen en este albergue, por lo que salen a la calle a buscar algo de caridad, y otros salen a trabajar, pero otros que cuentan con recursos económicos, prefieren irse a otras fronteras porque piensan que el trámite será más rápido, sobre todo los cubanos y los venezolanos.
Justo cuando este reportero hacía las entrevistas, un grupo de aproximadamente 30 africanos de El Congo, llegaron al albergue a solicitar apoyo, es esperaron por un largo tiempo mientras se elaboraban los documentos para su ingreso.
Sin embargo, a partir de esta semana las cosas para estos migrantes pueden cambiar debido a que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró la frontera con México como Zona de Emergencia Nacional, lo que hará más férrea la vigilancia en esta zona del sur de ese país, para impedir la migración indocumentada, al aumentar las posibilidades de construir un Muro entre Estados Unidos y México.
Paralelamente, Estados Unidos y Chile, así como otros 11 países occidentales de Europa, decidieron no firmar el Pacto Global para la Migración Segura, Ordenada y Regular, pactada en Marruecos hace unos días, por considerar el presidente Trump que este Pacto no se apega a los principios de su política migratoria, y que firmarlo daría pie a una invasión ilegal a su país, y trastocar la soberanía de Estados Unidos.