Se va a Laredo, Texas disidencia de constructores

Cuentas Claras

Javier Claudio

  • Alguien paga con veto, los malos manejos del erario de trienios anteriores          
  • – . Continúa desbordada la violencia; en Oaxaca el nuevo ataque al gobierno          
  • – . La violencia que agobia el país, clara semejanza con la política camorrera  

 

Por Javier Claudio  

 

 

Claro que no. – Saña y cinismo son dos conceptos acentuados que muestran hoy el sostenido número de crímenes en el país, pero de manera muy especial en aquellos de tipo político que, como bien resuelve un buen análisis entre especialistas en la materia ciertamente son efectos de una oscura consecuencia, pero que finalmente no justifica el privar de la vida a un ser humano y sí deja otra evidencia; la pérdida del temor a las autoridades encargadas de ejercer justicia, esto, alentado por la impunidad.

 Claroscuro. – ¿Que habría sucedido si en lugar de abrazos no balazos se hubieran aplicados acciones inteligentes y contundentes?; es hoy que vivimos esos efectos como consecuencia. Y he ahí el crimen reciente de la presidenta municipal de San Mateo Piñas, Oaxaca, Lilia Gemma García Soto, ultimada con toda saña al utilizar 60 casquillos para cometer el ataque en tanto despachaba en la propia Presidencia Municipal. Un acto aberrante que desalienta más y exige acciones a fondo de justica.        

Clarín. – Se vive cada día el terror y con razones demás, al quedar en claro que no hay quién contenga esta convulsión que ahoga al país. Destacan los datos de este nuevo crimen sucedido el domingo, al citar que fue antes del mediodía, cuando un grupo de cinco personas, a bordo de dos motocicletas, con el rostro cubierto y provistos de armas largas, irrumpieron en el Palacio Municipal de San Mateo Piñas, asentado en la región Sierra Sur para ejecutar a García Soto, a un ciudadano y herir una funcionaria.

Claridades. – Y como sucede en la mayoría de los casos, la especulación se apropia, la que se alienta más después de los primeros datos flojos arrojados de la investigación y se va formando un distractor, dándole así simulación a la falta de resultados. De este caso se dice hay “cinco líneas de investigación” y una de ellas apunta al ex alcalde por el presunto desvío de 25 millones de pesos, enviados por el Gobierno Federal en apoyo a pobladores por los daños causados por el huracán Agatha.

Aclarando. – Desperdigadas aparecen la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC), la Asociación de Constructores de Nuevo Laredo y organismos péndulos ante la forma tan selectiva de lograr participación en obras del Estado y el Municipio, séase por no calificar con los requisitos que se les solicitan en las convocatorias (de candado) o simplemente ser descalificados por incumplimientos o pertenecer a un grupo selectivo de gobiernos anteriores. Los dividieron y los vencieron.

Claro que sí. – Pero se abrió el gran refugio para esa disidencia de constructores y este es Laredo, Texas donde un buen número de empresarios de Nuevo Laredo se ubicó en la vecina ciudad y aparecen dedicados preferentemente en la realización de obras de todo tipo al abrirse paso con calidad y mejores precios que las de origen norteamericano, además de que la mano de obra mexicana siempre se ha distinguido por su excelente rango. Chamba no les falta en Laredo, pero hoy aquí los discriminaron.

Clarificando. – No hay qué descartar que el rubro de obra en un gran número de Gobiernos Municipales ha sido la forma más cómoda de corrupción y hoy ha sido cerrado el paso como aparente sanción a aquella estela de abusos, bajo conceptos de “subo el cero y no contiene”, “borrón y cuenta nueva” o por igual “lo que entró, salió”. Cientos de millones han sido saqueados del erario a través de obras inconclusas, “fantasmas” o recurrentes, operado esto como el gran disimulo que parió nuevos ricos.

Sabía usted que. – El Congreso de la Unión aparece fielmente convertido en el remedo de inestabilidad que vive el país. Así igual, en el Palacio Legislativo de San Lázaro, predominan los gritos, insultos, empellones y hasta escupitajos, sí, ahí donde 500 diputados y 128 senadores, cotidianamente la mayoría son un ejemplo claro de la falta de orden en el país y del criminal disimulo para hacer valer la ley. Para quienes tengan alguna duda, basta que se “echen un clavado” en el Canal de Congreso y darán cuenta que hay más orden y respeto en un salón de clases de preescolar. Vivimos un país sin propuestas ni decisiones sanas.

javierclaudio40@yahoo.com.mx

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