–Jesús Ramos habla de las dificultades para la reorganización–
Gastón Monge
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Cinco meses después de haber sido nombrado secretario general del PRI en esta ciudad, Jesús Ramos Mancilla rompe el silencio de las dificultades que presenta este partido para su recomposición y reorganización: “Vaciaron las secretarías de Organización y Elección. No dejaron nada de información”.
La ausencia de documentos clave y de información relacionada con la estructura social de este partido ha dificultado desde entonces el trabajo de recomposición de este instituto político, al menos desde que el Partido Acción Nacional (PAN) le arrebató la hegemonía política en la ciudad en las elecciones del 2013.
El silencio que existe en el seno del Comité Directivo Municipal del PRI local es motivo de ello, y se debe también a que este partido fue recibido sin recursos económicos, casi quebrado.
Pese a ello, dijo Ramos que se está trabajando con lo poco que queda de manera interna para preparar los cuadros, organismos y sectores con miras a las elecciones del 2027, cuando sea renovada la gubernatura, las diputaciones locales y las presidencias municipales en los 43 municipios de la entidad.
Además, reconoció que el trabajo, al ser interno, no se ve al exterior debido a que al no ser este un año electoral el trabajo que se realiza es hacia el interior, hacia la estructura política, hacia los organismos, sectores y liderazgos.
En busca de la unidad
“En este momento nuestro trabajo es dentro del partido, y estamos trabajando para unificarlo y limar asperezas con algunos grupos de priistas que no están de acuerdo con la dirigencia, por lo que tratamos de llegar a la unidad en el partido”, explicó el político.
Entre el trabajo por realizar está la ratificación o renovación de los dirigentes de territorio, como son los presidentes de seccionales y los RG en el territorio electoral, y dijo que las puertas del PRI están abiertas para quienes salieron y desean regresar, tanto para quienes fueron candidatos de elección popular como para quienes ya renunciaron al partido.
“Hay personas que incluso presentaron su renuncia al partido en el INE, y en estos casos ya están fuera del partido, en automático ya no pertenecen al partido, y quienes renuncian ante el órgano electoral (INE) ya están fuera del partido”, sostuvo.
Al mencionar los nombres de algunos ex dirigentes de su partido y ex presidentes municipales que se sirvieron del PRI durante décadas, dijo Ramos que si no han renunciado ante el INE, serán bienvenidos, por lo que tratarán de ‘rescatarlos’ aunque militen en otros partidos políticos en esta ciudad, como el PAN y Morena.
“Algunos nos siguen apoyando y siguen apoyando en algunas gestiones que tenemos porque no nos han dejado. Nos apoyan desde atrás de la barrera, y no se les ve porque vamos trabajando poco a poco y porque le dejaron una tarea titánica a nuestra presidenta del Comité Directivo (Leticia Barrera)”.
Cuando ambos tomaron la dirigencia local del PRI, en abril de este año, no había nada de información en los archivos, ni dinero, lo que dejó inertes las secretarías de Organización y de Elección; ello les obliga a reestructurar todo el aparato político y administrativo en este partido político.
Ante esta tan difícil situación el secretario general del PRI reconoció que todo este trabajo que realizan al interior es para fortalecerlo con miras a las elecciones del 2027, y empujarlo hacia lo que era antes de que el PAN y Morena ganaran las elecciones en el 2013, en el 2016 y en el 2018 a la fecha.
Consideró que visitando y convenciendo a la llamada vieja guardia del PRI, a los que le han sido leales al PRI, que en su mayoría son las personas que viven en el llamado Territorio, que es integrado por las bases y sectores populares tradicionales que promocionaban el voto se podrá recuperar parte del prestigio y fortaleza de este partido.
Ramos destacó el papel de los presidentes de los seccionales, por ser parte de la estructura del CDM del PRI, los que dan difusión, promoción y movilización en tiempos electorales, una movilización que en sus mejores tiempos hacía participar a cerca de 45 mil personas, pero que ahora en teoría suman unos 35 mil, aunque en la práctica no sean más de 7 mil.