–De naciones tan lejanas como España y 6 países de África–
Gastón Monge
Nuevo Laredo, Tamaulipas.- Cansados, enfermos, golpeados y hasta secuestrados, llegan al albergue AMAR decenas de migrantes de diferentes países del mundo para reponerse del largo viaje y emprender la segunda etapa de su peregrinar, que es solicitar asilo político o visa humanitaria a las autoridades de Estados Unidos en Laredo, Texas.
Así llegaron durante el año pasado 6 mil migrantes de 6 países de África, de Centroamérica, Sudamérica, Cuba y España, quienes pese a las incomodidades, se sintieron seguros y protegidos, además de alimentados.
A pesar de tener capacidad solo para 100 personas, la Casa AMAR rebasó sus propios límites al cobijar durante diciembre y meses anteriores a más de 200 migrantes, muchos de ellos emigraron para refugiarse de manera temporal en este albergue atendido por el pastor Aarón Méndez.
Pero algunos de ellos ya no están al haber sido llamados por las autoridades migratorias de Estados Unidos, con la finalidad de buscar una visa humanitaria o de trabajo, según sea el caso.
Por lo general se trata de ciudadanos de Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua, además de Colombia, Argentina y Venezuela, así como de Cuba y últimamente de varios países africanos y de España.
“Terminamos el año con más de doble de la capacidad del albergue, por lo que pedimos apoyo al municipio, y eso nos permitió brindarles un mejor servicio a los migrantes”, explicó Méndez, tras comentar que en lo que va de enero llegaron 80 migrantes más, la mayoría llegó para solicitar asilo político a Estados Unidos, lo que hace que su estancia sea mayor que el resto de personas que dura menos tiempo en dicho lugar.
Los riesgos
A diferencia de otros migrantes, los africanos y los cubanos tienen el riesgo de ser detenidos cuando intentan salir de sus países, debido a problemas políticos y bélicos, y mientras los africanos viajan miles de kilómetros antes de llegar a esta frontera, pasando por selvas y desiertos antes de llegar a Ecuador, en donde inician un gasto cercano a los 5 mil dólares hasta llegar a la frontera con Estados Unidos, los cubanos gastan menos pero el riesgo es similar al de los africanos, según comentó el director del albergue.
Desde que salen de Ecuador los africanos se enfrentan a muchos peligros, como la selva, en donde desconocidos los asaltan y otros les piden dinero para guiarlos, pero los abandonan a la mitad de la selva, en donde algunos han perdido a sus hijos sin haberlos encontrado hasta el momento.
“Los padres pierden a su hijos en la selva y tuvimos dos casos aquí. Uno de ellos perdió a su hijo mientras caminaba en grupo, y otro lo perdió en las selvas de Guatemala, y puede ser que otras personas se los hayan llevado”, explicó.
En cuanto a los centroamericanos, algunos llegan muy cansados de tanto caminar, pero los peligros surgen cuando ingresan a México por Chiapas, debido a la inseguridad, ya que relatan que son secuestrados o extorsionados por delincuentes, y en ese lapso unos pagan y otros no pueden pagar, y desaparecen.
“Hemos tenido mucha gente secuestrada, sobre todo cubanos y centroamericanos, y cuando llegan aquí vienen con miedo porque fueron secuestrados; vienen con mucho temor, por lo que integrantes de ‘Médicos sin Fronteras’ los atienden para curar el trauma que padecen, y se les da el tratamiento adecuado”, mencionó.
De África hasta Ecuador, los africanos gastan en promedio cerca de 5 mil dólares, y ya sin dinero emprenden el viaje hasta esta frontera gracias al apoyo y simpatía de personas que durante el trayecto les ofrecen el dinero y alimento necesarios para continuar el camino.
Pero los cubanos reciben apoyo de amigos o familiares que tienen en Estados Unidos, y los gastos que hagan dependerá de sus necesidades.
Así es como han llegado a esta frontera esos miles de migrantes que huyen de sus lugares de origen por circunstancias diferentes, pero a todos los identifica la solidaridad y la necesidad de ser aceptados en un país desconocido que poco a poco los va aceptando.